Los niños necesitan que los maestros, sus padres, y sus seres queridos les protejan, les cuiden, les quieran... pero un exceso de protección puede ser perjudicial para el niño.
Los padres sobreprotectores no dejan a sus hijos realizar muchas tareas propias de su edad por miedo a que les pase algo, como no dejarles dormir en casa de un amigo, ir de excurisón, de acampada... tampoco les dejan realizar actividades que les resulte un poco más complicada al niño por temor a que al niño no le salga.
Pero a esta sopreprotección muchas veces va acompañada de un excesivo consentimiento a los niños, suelen dar muchos caprichos para tener contento así a los niños, les quitan de toda responsabilidad y sobre todo de autonomía. También un comprotamiento habitual en los padres sopreprotectores, es evitar castigareles o regañarles cuando han hecho algo mal, con este comportamiento el niño no asume sus errores, y se encontrará con un problema cuando tenga que afrontar problemas por si solo.
¿Qué podemos hacer para evitar la sobreprotección?
- No estar demasiado pendiente de lo que hace el niño
-Deja que sea él quien te pida ayuda
-Enseñarle como debe comportarse ante una situación complicada para él
-No prohibirle actividades que le traigan cosas buenas, como las acampadas organizadas por el colegio, o dormir alguna vez con su amigo.
-Si tiene miedo a alguna cosa, como a relacionarse con los demás, enseñarle como afrontarlo pero no evitarle el problema, porque algún día u otro lo tendrá que afrontar pos si solo.
Aquí debemos poner en practica todo lo que hemos aprendido para el desarrollo de los hábitos, y como llegar a una atonomía. Solo así conseguiremos niños felices.
Anabel Talaverano Gómez.
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