Una buena alimentación es necesaria para el funcionamiento del organismo, para su mantenimiento y para el desarrollo físico durante la infancia.
La alimentación debe ser educada, por lo que debe intervenir la familia y la escuela:
La familia
La familia es el agente directo en el proceso de alimentación del niño, ya que es un acto social y un ritual del ámbito familiar. Por ello las familias deben tener el cuenta:
- La elaboración y presentación de las comidas.
- Determinar un espacio en cada para que coman con tranquilidad.
- Establecer un tiempo para cada comida.
- Adecuar la cantidad de alimentos a las necesidades del niño, sin sobrepasarse.
- Variar la alimentación.
La escuela
- En el almuerzo los docentes pueden aprovechar para desarrollar algunos hábitos como saber quitar el papel al bocadillo, lavarse las manos antes y después de comer, comérselo todo...
- Hacer que cada día traigan un almuerzo distinto, para variar en la alimentación, coordinándose así con las familias.
- Evitar el exceso de dulces.
- Enseñar a los niños que no deben levantarse de la mesa hasta que no hayan terminado.
- Enseñar pautas para que los niños coman solos.
- Informar a los padres de los menús semanales para que en casa eviten repetir comidas.
La elaboración de menús
Para que los niños lleven a cabo una alimentación sana y equilibrada es necesario realizar menús semanales. Es importante porque hay alimentos que deben consumirse diariamente (leche, fruta, verduras...) y otros en cambio que se van alternando (pasta, arroz, huevos, carne...).
Hay que tener en cuenta que es importante tomar leche y una pieza de fruta al día.
Las comidas deben ser cada cuatro horas, para que los niños hagan bien la digestión.
Rocío Gallart Aguirre
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